Con su comportamiento apacible y frecuente risa afable, el estudiante del Centro de Desarrollo adultos Troy Holt no es alguien que se podría esperar a ser duro como clavos en la cancha de baloncesto. Sin embargo, una determinación de acero es lo que se llevó con él cuando se fue a las Olimpiadas Especiales en 2007.
Troy, de 40 años, tenía excelentes habilidades, jugó todas las posiciones y podría disparar la bola con el mejor de ellos. “Fue muy divertido”, dice, riendo. “Estaba bien.”
Desde su llegada a EL ARCA en 1998, Troy ha ampliado sus horizontes tanto académica como personalmente. Él trabaja en la computadora, dibuja, juega y muestra su “espalda y adelante” pasos de baile. También trata de presentarse a sí mismo a los nuevos participantes y hacer que se sientan bienvenidos en el lugar que él dice que le hace “sentir bien”.
“EL ARCA me ayuda a ser independiente”, Troy explica, agregando que él está aprendiendo a cocinar gracias a su recién descubierta autosuficiencia. También ha practicado boliche y está considerando regresar a las Olimpiadas Especiales en el 2015 – esta vez para rodar su camino a la gloria olímpica, una vez más.
- Troy Holt
Participant, ADC